Permitirá un ahorro a los consumidores españoles de entre el 15% y el 20% en la luz, según el Gobierno
La medida se aplicará a partir de la subasta del mercado eléctrico del próximo martes 14 de junio
El Congreso de los Diputados votará este jueves la convalidación del decreto ley sobre el tope del gas
Vamos a imaginarnos que el gas cuesta la mitad de lo que dice el mercado ahora. ¿Qué precio tendría entonces la luz? Esa es la pregunta que se va a plantear todos los días hasta el próximo 31 de mayo de 2023 en el mercado eléctrico español. Los precios se recalcularán y serán forzosamente inferiores al haber limitado artificialmente el precio del gas. Así funcionará la llamada “excepción ibérica” que ha aprobado finalmente la Comisión Europea este miércoles por la tarde.
España y Portugal conseguirán con la aplicación de esta fórmula contener el coste de la electricidad. Según los cálculos del Gobierno supondrá una caída inmediata de la factura de entre el '15% y el 20%'.
'Se trata de una medida excepcional, en un tiempo excepcional y que va a permitir contar con un nivel de protección hasta el 31 de mayo de 2023 mucho mayor al de otros consumidores europeos'. Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno
El tope al gas comenzará a aplicarse el próximo día 14 de junio. Se notará en la mitad de la factura del mes.
¿A quién afectará inmediatamente?
De nuevo hay que saber si uno tiene contrato libre o está en el mercado regulado.
Los consumidores con tarifa PVPC (mercado regulado o tarifa de último recurso) notarán la caída en su próxima factura. Sus precios están ligados a la evolución del mercado mayorista. Son ellos los que más han sufrido directamente el encarecimiento de la luz en los últimos meses.
Los que tengan un contrato en el mercado libre (suele ser una tarifa fija) ni se enterarán al principio. Estos son ahora mayoría y tendrán que esperar a renovar su contrato. La teoría dice que esas renovaciones reflejarán el menor coste de la luz en el mercado ibérico. En ese momento es cuando se beneficiarán de la medida.
¿Esto es gratis?
No. Limitar el precio del gas no es un chollo porque tiene unos costes. Estos son los números:
La Comisión Europea ha calculado que la medida supondrá una ayuda de Estado de 8.400 millones de euros. De estos, 6.300 millones de euros corresponden a España.
Habrá que compensar a las centrales de gas la diferencia entre el precio real del combustible en los mercados y el tope fijado por el Gobierno.
Pero solo habrá que hacer cuentas con estas plantas de ciclo combinado que son las que utilizan gas. Con el resto, no.
¿Quién paga este coste?
El consumidor eléctrico y, aún así, el Gobierno insiste en que saldrá ganando. 'El efecto neto de la medida será positivo', se insiste. Es decir, por un lado les baja el precio del kilovatio pero, por otro, tienen que compensar a las centrales de gas. El efecto de ambas medidas sale a favor de cliente, dice el Gobierno sin aportar más datos ni una estimación del ahorro medio que puede suponer.
¿El coste se reparte entre todos?
No.
Pagan seguro de entrada todos los que tengan tarifa regulada porque son los que más se van a beneficiar. También las empresas y pymes que tengan precios de la luz que fluctúen diariamente en función del mercado eléctrico. Estos clientes también contribuirán a sufragar el coste.
Los clientes con tarifa fija no contribuirán a esta especie de bote común de salida. Pero, conforme vayan renovando sus contratos, se irán incorporando al reparto. ¿Cuántos pueden ser estos consumidores? Pues hay contratos que se firman para uno, dos, tres años... Es complicado de saber.
¿Y las eléctricas?
También pierden en general. Su ingresos caerán porque al limitar el precio de la luz, también se reduce lo que cobran por cada kilovatio generado. Es una especie de forma de reducir los llamados 'beneficios caídos del cielo' que el sector niega que existan, aunque hasta Bruselas habla abiertamente de ellos y propone a los países que adopten medidas para reducirlos.
Efecto dominó
Hay efectos no deseados en todo este esquema para tratar de contener la luz. ¿Qué pasa cuando el mismo producto es mucho más barato en un sitio que en otro? Que todo el mundo quiere comprar en el lugar barato para ahorrarse dinero. Pues eso es lo que ocurrirá con Francia.
Para corregir esta externalidad (efecto indirecto) el Gobierno planteó la posibilidad de realizar algún tipo de ajuste. Sin embargo, no está nada claro que al final los franceses no terminen ganando algo a costa de los españoles y su excepción ibérica.
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