Revocar el consentimiento, misión imposible

Lo sabíamos, pero lo hemos comprobado una vez más con un nuevo estudio sobre el terreno: ejercer el derecho de revocación del consentimiento para el tratamiento de datos con fines comerciales es realmente difícil, por no decir imposible.

No se identifican las llamadas

•  De más de 50 llamadas, solo en 3 pudimos identificar a la empresa que realizaba la llamada.
•  Lo habitual es que cuando se llama de vuelta, digan que el número no existe o no admite llamadas.
•  Cuando se pide al operador que llama que identifique a la empresa que llama, directamente cuelga

Los consumidores queremos soluciones

Desde OCU nos hemos dirigido a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), con diversas propuestas para evitar la desprotección actual con la que se encuentran los consumidores ante estas llamadas comerciales.

• Creación de un registro común de autorizaciones para llamadas comerciales, que permita al consumidor saber conocer a qué empresas les tiene otorgado el consentimiento. Las empresas, por su parte, deberían consultar este registro antes de formular estas llamadas.
• Que la inscripción en Lista Robinson implique la anulación automática de todos los consentimientos dado (lo que obliga a las empresas a confirmar que no ha sido revocado antes de realizar cualquier tipo de llamada comercial).

    Que se impongan sistemas para que sea posible identificar a quién nos llama:

• por ejemplo, que las numeraciones telefónicas vinculadas a un CIF dejen de tener una protección especial que dificulte identificar al titular,
• que todas las numeraciones utilizadas para realizar llamadas comerciales permitan al usuario devolver la llamada a esa número y ser atendido por un operador,.

Desde OCU también pedimos a la AEPD que las contrataciones telefónicas se hagan en una llamada diferente o, que finalicen siempre pasando por una plataforma distinta a la empresa que realiza la actividad comercial.

Adoptar este tipo de medidas es imprescindible para garantizar la protección de los consumidores y usuarios, que siguen inermes frente al spam telefónico.

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