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Tarjetas de crédito: ¿qué tipo conviene más contratar según tus ahorros?
Tarjetas de crédito: ¿qué tipo conviene más contratar según tus ahorros?

Tarjetas de crédito: ¿qué tipo conviene más contratar según tus ahorros?
La OCU analiza los diferentes tipos de tarjetas de crédito y aconseja cuáles se ajustan más según la economía personal

Rara avis es aquella persona que no tiene, a día de hoy, al menos una tarjeta de crédito, débito o cualquier otro tipo para pagar. Existen tres principales tipos de tarjeta y cada uno de ellos presenta una serie de ventajas y desventajas que hay que tener en cuenta a la hora de utilizarlas. 

Uno de los baremos que más se utiliza a la hora de apostar por un tipo de tarjeta u otro es el nivel de ahorro y de ingresos. La OCU detalla estas tarjetas y aconseja cuáles elegir dependiendo de la cantidad del dinero que see tenga en la cuenta, pero también del uso que se les vaya a dar, entre otros factores. 

Tarjetas de débito

Disponen directamente de los fondos depositados en las cuentas corrientes a las que están asociadas. El cargo del pago o del efectivo dispuesto en cajero se carga de manera automática en la cuenta y, por lo tanto, su uso depende directamente del saldo que tengamos en cuenta. Son la mejor opción si estamos al tanto del dinero que tenemos y si no queremos entrar en el riesgo de pagar comisiones u otros intereses. Sirven para los pagos cotidianos, los gastos fijos, puntuales, etc.

Tarjetas de crédito

Al utilizarlas, se hace uso del crédito que concede la entidad bancaria. Es decir, se paga utilizando un dinero por adelantado (con un límite fijado previamente) que deberá devolverse en la fecha estipulada. En los contratos de tarjeta se establecen distintas formas de pago del crédito dispuesto y la más habitual es el pago a fin de mes sin intereses, aunque es posible aplazar o fraccionar los cargos en cuenta, siempre con interés. Sirven también para las compras habituales o los gastos inesperados, siempre que se sea consciente de que más tarde habrá que devolver el dinero. Además, suelen tener algunos beneficios asociados a su uso.

Tarjetas prepago

Estas tarjetas no están vinculadas a una cuenta bancaria y su límite se ajusta al saldo que cargues en ellas previamente, como se hacía y se hace con las tarjetas de los teléfonos móviles. Son especialmente idóneas y seguras para pagar compras por internet, ya que mantendrán el dinero seguro y a buen recaudo. También son útiles para proporcionar un medio de pago personas a nuestro cargo que no dispongan de una cuenta corriente o para los viajes al extranjero.

Tarjetas híbridas

Por último, también existen tarjetas híbridas, que mezclan características de las anteriores. Existen tarjetas de crédito que permiten sacar dinero de cajeros con las mismas comisiones y requisitos que una tarjeta de débito o tarjetas prepago a las que añaden un IBAN y pasan a funcionar como una tarjeta de débito. El mejor consejo es preguntar en el banco las condiciones de cada una de ellas (ya que, por ejemplo, existen algunas que de no usarse tienen gastos asociados) y escoger la que más se adapte a nuestras necesidades.

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